Descripción

Una vez adquiridos los terrenos y aprobada la ordenación por parte de las autoridades municipales, los beneficiarios comienzan la gestión y parcelación, cuyos gastos corren a su cuenta. Las obras de urbanización son ejecutadas o contratadas por los beneficiarios, y supervisadas por los servicios técnicos municipales. Si ya existen infraestructuras, éstas repercuten en el precio de venta del suelo a los beneficiarios. En cualquier caso, esto no exime del pago de las tasas municipales, ni del de los suministros de agua o electricidad.

En el asentamiento de Henties Bay se ensayó por primera vez la utilización de bloques de tierra estabilizada con cemento en cerramientos y cubiertas de tejas de mortero, todo producido por los beneficiarios. El grado de aceptación de estos materiales ha sido positivo y ha permitido reducir costes, ya que Henties Bay está a más de una hora de cualquier punto de aprovisionamiento de materiales convencionales. Se ha comprobado sin embargo que la cubierta de tejas requiere de mano de obra más especializada que la de chapa.

El grado de participación de los beneficiarios en la construcción varió según los asentamientos, aunque las labores auxiliares (excavación de cimentaciones, fabricación de bloques, etc.) fueron realizadas por los beneficiarios. Para el resto de las labores, se contrataba a profesionales externos, siendo el ayudante el propio beneficiario (si éste tenía trabajo, contrataba a un ayudante ajeno). Con este método se conseguía un doble objetivo: rebajar los costos de la construcción y que los beneficiarios adquiriesen conocimientos de construcción.

En Walvis Bay se construyeron 17 viviendas y la infraestructura asociada a las mismas, ya que la Municipalidad otorgó un terreno a la Federación, totalmente
inadecuado para su desarrollo urbanístico a un coste asequible para los miembros de la Federación. El proceso está documentado y asumido por todas las partes como un fracaso fruto de la falta de planificación. La realización está situada a las afueras del núcleo urbano, entre dunas de arena del desierto del Namibia y presenta agua superficial a escasos metros de profundidad, por lo que se requiere un complejo proceso técnico para facilitar su edificabilidad y desarrollo urbanístico.

En Henties Bay se ejecutaron 8 construidas por un albañil profesional, fruto de la colaboración con la ONG local Clay House Project. El problema fundamental en esta localidad fue la completa falta de motivación y participación de los beneficiarios, unido a una capacidad de ahorro muy por debajo de la media. El empleo de adobe como material de construcción, que al principio supuso un problema de aceptación, también jugó un papel negativo, pese a que suponía una reducción muy grande en el presupuesto de las viviendas y en su consiguiente accesibilidad para gente de pocos recursos.

En Windhoek se ejecutaron 151 viviendas e infraestructuras para 421, que se agrupan en los asentamientos: Otjomuise, Betesda, Okahandja Park y Green Wall Matontgo. En todos los casos se dieron problemas con los proveedores de materiales y equipos de construcción de la zona, que no disponían de capacidad de suministro para los volúmenes y tiempos de programación requeridos.

Otjomuise comprende cuatro grupos de ahorro distintos que trabajaron con grandes retrasos consecuencia fundamentalmente de la poca capacidad de los proveedores (fundamentalmente cemento y otros materiales) para poder cumplir con la demanda. Las inspecciones técnicas por parte de la municipalidad se sucedieron con normalidad.

Lugar

Namibia, en el puesto administrativo Windhoek, en los asentamientos de Betesda, Green Well C, Okahandja Park y Ojtomuise. En el puesto administrativo de Swakopmund, en Henties Bay.

Los terrenos fueron aportados por las autoridades municipales: los 4 asentamientos de Windhoek son urbanos y estaban previamente ocupados, el de Henties Bay no estaba ni urbanizado ni habitado, aunque se encontraba en el entorno urbano (excepto en la franja costera, que tiene un clima desértico, no existen fuertes condicionantes físicos o climatológicos para la construcción).
Los suelos los adquieren a posteriori los grupos de beneficiarios al precio fijado por la municipalidad, según precios estandarizados en función de su ubicación y la disponibilidad de infraestructuras viarias, de abastecimiento de agua o de electricidad.

La propiedad de la tierra es del grupo, lo que impide la venta individualizada de las parcelas incluso tras abonar completamente la deuda contraída. Sólo se puede traspasar o vender la propiedad a los herederos o a otro miembro del grupo, con lo que estas parcelas no entran realmente en el mercado de terrenos.